29 julio 2011

Canapés con gorgonzola

Anoche tuvimos una fiestecita en casa de un amigo, y preparamos varias cosas de picoteo. Yo contribuí con unos canapés de gorgonzola en dos versiones: unos con cebolla caramelizada y nueces, y otros con mermelada de pimientos. Los dos tuvieron bastante éxito (no quedó ninguno en el plato) así que os dejo aquí las recetas, por si algún día tenéis ganas de untar cositas en pan tostado.

Canapés de gorgonzola con cebolla caramelizada y nueces



En primer lugar, hacemos la cebolla caramelizada, exactamente igual que en la receta de judías verdes con patatas y zanahoria: Pelamos una cebolla y la cortamos en juliana. La ponemos en una sartén con un poco de aceite de oliva, la tapamos y la dejamos a fuego suave durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se quede blanda y transparente. Después añadimos sal, una cucharadita rasa de azúcar moreno, 150 mL de vino blanco y 50 mL de vinagre de Módena, removemos y dejamos a fuego medio-fuerte, destapado, durante unos minutos, hasta que se haya evaporado prácticamente todo el líquido.

Por otra parte, tomamos unos 100 g de gorgonzola (yo tenía piccante, pero quizás quede mejor con gorgonzola dolce), lo ponemos en un plato y lo aplastamos con un tenedor para ablandarlo.

Tomamos unas tostas para canapés y las untamos con una capa fina de gorgonzola. Después con un tenedor cogemos unas tiritas de cebolla y las ponemos encima, formando un nido. Terminamos decorando con un par de nueces enteras.


Canapés de gorgonzola con mermelada de pimientos



Para la mermelada de pimientos, he lavado dos pimientos grandes, muy rojos, y los he triturado en el robot de la batidora junto con un vaso escaso (un poco menos de un vaso) de vinagre de manzana. A mí me gusta la mermelada con trocitos, así que a veces en vez de triturar los pimientos con la batidora, simplemente los corto en trocitos pequeños con el cuchillo. Otras veces, como ayer, uso la batidora, pero procuro no llegar hasta el punto de que la mezcla tenga una textura completamente homogénea.

Ponemos el pimiento triturado con el vinagre en un cazo. Añadimos un vaso de azúcar y removemos bien. Dejamos cocer a fuego lento y destapado durante un par de horas, hasta que se haya evaporado el vinagre y la mermelada tenga consistencia de... mermelada ;) Bueno, tened en cuenta que la mermelada caliente es más líquida que la mermelada fría, y si os pasáis de tiempo cuando se enfríe parecerá caramelo. Lo que podéis hacer es, cuando empecéis a tener dudas sobre si ya ha hervido durante suficiente tiempo, es probar un poquito. Esta mermelada es agridulce. Si cuando la probáis está demasiado ácida para vuestro gusto, dejadla un ratito más. Y no os olvidéis de remover de vez en cuando, sobre todo hacia el final, para controlar que no se pega al cacharro.

Cuando la mermelada ha enfriado, ponemos de nuevo una fina capa de queso sobre cada tosta, y encima, dejamos caer una cucharadita de mermelada. En este caso usé queso gorgonzola, pero en realidad la mermelada de pimientos va bien con cualquier queso, ya sea queso crema, queso fresco, queso curado... Podríamos decir que se trata de un amor sin restricciones.

¡Que lo disfrutéis!

2 comentarios:

Gata Vagabunda dijo...

¿Algún consejo sobre el tipo de pan? (aparte de "cuanto más bueno, mejor", claro...)

· · Yhebra · · dijo...

Pues mira, yo probaría a ponerlo sobre unas rebanadas ligeramente tostadas de brioche. No sé por qué, la mezcla del gorgonzola con el brioche se me antoja irresistible.